Friday, October 12, 2012

Un Llamado a la Espiritualidad

Por Rev. Jesus Antonio Castañeda-Serna, JCD

Muchas personas se acercan a mi todos los días contándome sus problemas, buscando apoyo espiritual, necesitando un consejo, buscando una ayuda; pero cierto día alguien se me acerco y me dijo: “padre yo oro en mi casa, participo de las eucaristías, pero me queda siempre esta inquietud: QUE ES LA ESPIRITUALIDAD? Y a partir de mi propia fe y mi experiencia esto fue lo que le respondí.

Espiritualidad es la forma como usted encuentra significado, esperanza, alivio y paz en su vida a través de una experiencia auténtica  de Cristo en su interior. Muchas personas encuentran espiritualidad a través de la música, el arte o de una conexión con la naturaleza. Otros la encuentran en sus valores y principios. La espiritualidad es despertarse a la necesidad consciente de Dios.

Dios es Deleite. El Deleite es el hálito del alma. Dios no quiere ver el rostro de la tristeza. Dios nos dará la infinitud en el momento en que estemos dispuestos a ofrecerle tan sólo un destello del deleite de nuestra alma, de enfocar el ojo de nuestro corazón en el.

El mundo está afligido. Nosotros somos responsables de ello. Nuestros sentimientos de auto-interés y auto-importancia son totalmente responsables de ello. La conciencia individual debe expandirse. El hombre necesita inspiración. El hombre necesita acción. La espiritualidad necesita al hombre. La espiritualidad necesita cumplimiento absoluto. La espiritualidad posee el ojo interno que enlaza todas las condiciones de la vida con certeza interna.
El hombre puede hacer y deshacer sus condiciones externas mediante sus pensamientos espirituales. Para el que lleva a Cristo en sus pensamientos y acciones, sólo para él, Cristo es una Realidad viviente.

La espiritualidad posee una llave secreta que abre la Puerta de lo Divino. Esta llave es la meditación. La meditación simplifica nuestra vida externa y energiza nuestra  vida  interna. La meditación nos da una vida natural y espontánea. Esta vida llega a ser tan natural y espontánea que no podemos respirar sin tener conciencia de ella.

La meditación es un regalo divino de su presencia. Es la aproximación directa, pues conduce al aspirante hacia Aquel de quien ha descendido. La meditación nos dice que nuestra vida humana es algo secreto y sagrado y confirma nuestra herencia divina. La meditación nos da un nuevo ojo para ver a Dios, un nuevo oído para oír la Voz de Dios y un nuevo corazón para sentir la presencia de Dios.

La ciencia ha logrado maravillas. No obstante, el alcance de su visión es limitado. Hay mundos más allá de los sentidos; hay misterios ocultos. La ciencia no tiene acceso a estos mundos; la ciencia nunca puede resolver estos misterios. Pero una figura espiritual puede fácilmente, con su visión interna, penetrar en estos mundos y sondear estos misterios, al reino de Dios invisible.
Y aún así, una figura espiritual es un auténtico idealista que no construye castillos en el aire sino que, más bien, tiene sus pies firmemente plantados en la tierra.

¿Qué pasos podemos tomar hacia una vida auténticamente espiritual? Uno ya mencionado es la meditación. Uno puede meditar usando las escrituras, por ejemplo, leyendo un párrafo de un Salmo, escogiendo una frase corta y enfocando la mente y la concentración en esa frase, repitiéndolo lentamente dentro de uno. Esto es lo que los antiguos llaman “leccio divina” o lectura santa. Otro paso es el del descanso. Un principio importante de la espiritualidad es el silencio interior y exterior. Tomando un día de la semana (un “sábado” como dice en los diez mandamientos) para descansar y orar es sumamente importante no simplemente para la salud física y emocional pero también para la vida espiritual. Cualquier método que tome, lo importante es de enfocar su corazón en la realidad de Cristo en uno.

Tengo un secreto abierto para los que quieran emprender la vida espiritual. El secreto abierto es este: pueden cambiar su vida. No necesitan esperar años, ni siquiera meses para este cambio. Este se inicia en el momento en que uno bucea en el mar de la espiritualidad. ¡Intenten vivir la vida de la disciplina espiritual por un día, ¡un solo día! Están llamados al triunfo y a la transformación.

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